jueves, 26 de mayo de 2016

Ya no se interpretan sueños

Hoy, como cada tanto ocurre, alguien que sabe que ando muy metida en el tema de los sueños, me contactó para preguntarme si podría ayudar a una amiga suya interpretando un sueño. Respondí lo que respondo últimamente cuando recibo peticiones así: Ya no interpreto sueños, me parece una actividad peligrosa e irresponsable. Aunque la practiqué en el pasado, aprendí de mis errores y ahora trato de remediarlos.

Sí, yo sé que para la mayoría de las personas, que cree que sus sueños son sólo sueños, esta respuesta puede sonar muy dramática y hasta extremista, pero ellos son ellos y yo soy yo. Soy yo la que lleva, años ya, dedicándole tiempo, amor y energía a una actividad que no para de darme recompensas. Ahora paso a explicar mis razones, no porque necesite justificarme frente a otros sino porque me parece que en el futuro podré usar este texto para dar una respuesta informada a quienes, inevitablemente, me buscarán con la esperanza de que les dé calma después de tener sólo un sueño que sí les robó la calma por más de una noche.

Si bien arranqué a estudiar los sueños por allá en 1999, observando los míos, sólo hasta 2012 decidí abrir un consultorio onírico virtual en donde las personas podían dejar sus sueños para que yo los interpretara gratis. Al comienzo me divertí. Leer sueños ajenos para intentar descubrir el sentido que escondían era como armar un rompecabezas del que no tenía un modelo a seguir. Yo juntaba las piezas como mejor me parecía y basada en ello daba una respuesta, y mis respuestas gustaban, pero no sé bien porqué.

Con el tiempo lo que empezó siendo una actividad entretenida, formativa, y que además me daba a conocer entre ese universo enorme que es internet, se volvió una carga. Los visitantes más fieles regresaban una y otra vez para relatar sueños que sólo cambiaban las situaciones pero que, a mi juicio, hablaban de los mismos conflictos irresueltos que no querían ver en su vida despierta, y esto en el mejor de los casos. No faltaban las personas que aparecían de un momento a otro exigiéndome que les diera una respuesta pronta porque me estaba demorando mucho en darles algo por lo que no pagaban ni un peso. En esta fauna también apareció una mujer indignada que se creyó con derecho de insultarme por el modo en que usaba “el don que Dios me había dado”, esto cuando expresé mi deseo de querer tener una retribución económica por mi trabajo. En ese punto la copa no estaba llena pero comenzaba a disminuir su capacidad de recibir agresiones también gratuitas.

Pasaron otros meses antes de que me aburriera por completo. En ocasiones sucesivas intenté volver a la actividad utilizando otros métodos, pero el resultado siempre fue el mismo: las personas buscaban consejos para resolver los problemas de su vida a través de sus sueños. Tenían hambre de respuestas fáciles e instantáneas como sopa de sobre (término que acuñé con el tiempo y gracias a esta experiencia), respuestas que yo no estaba dispuesta a dar y que ya tampoco me servían para aprender del mundo onírico. Entonces dejé definitivamente de interpretar sueños por frustración. Las interpretaciones que había hecho en el pasado las dejé colgadas en el blog El sueño significado por si le servían a alguien que estuviese aprendiendo del mundo de los sueños. Más adelante me esperaba un conocimiento que me confirmaría que había tomado la decisión correcta.

Por una serie de casualidades (voy a llamarlas así para no hacer eterno este texto) di con un video en Youtube que era un derivado de un derivado. Una mujer dedicada a dictar cursos de crecimiento personal había asistido a un taller con Jean Pierre Garnier-Malet y a partir de él había hecho un video en el que explicaba cómo resolver problemas a través de los sueños. Escéptica y de mala gana lo vi. En general esos videos bien o mal producidos, pero que les hablan a los televidentes como si tuvieran algún tipo de retardo mental me saben mal, sin embargo este era pasable y logré verlo hasta el final. Con la información que la mujer había dado busqué la fuente, ¿para qué querría seguir buscando derivados si podía ver una conferencia del autor de la teoría del desdoblamiento del tiempo? Eso hice. Vi una entrevista que le hicieron al físico francés en una emisora argentina y aunque no entendí todo supe que ahí había algo para mí.

Leí El doble, ¿cómo funciona? para ver qué tal me iba. Aunque también tenía Cambia tu futuro por las aberturas temporales, después de ojearlos me pareció que lo mejor era empezar por el más sencillo de los dos, el que es como un cuento en el que se explican las aplicaciones de la teoría. Ahora paso a dar una píldora, algo que desde ningún punto de vista reemplaza la lectura del libro de un modo analítico y crítico. Sirva sólo para ilustrar un poco más mi punto y mi explicación de porqué ya no interpreto sueños.

En El doble, ¿cómo funciona? los sueños son presentados como una forma de comunicación con un doble, posible gracias a la teoría física de un universo basado en cuerdas, que se encarga de ir de forma súper veloz a muchos futuros, en los que analiza las consecuencias de los actos presentes. Una vez recopilada esa información va a su pasado, para nosotros el presente, para informarnos qué es lo que más nos conviene hacer. Pero no todo es tan fácil, tan bonito y tan positivo. Los canales de información están abiertos para todo el mundo por eso otras mentes, otros seres, otros egrégoros o como quieran llamarles, pueden enviar mensajes erróneos que sólo perjudican a quienes los reciben y es aquí donde entra la interpretación de sueños.

Yo con toda la buena onda del mundo puedo decirle a una mujer aburrida de su matrimonio que su sueño significa eso, que está aburrida de su matrimonio, pero seamos francos, ¿qué carajos estoy agregando con eso? Ella ya lo sabe y sólo está maquillando con sapos verdes y princesas rosadas algo que sabe pero que no cambia, ¿por qué? no sé, eso que se lo pregunten a ella. ¿Qué agrego yo si me pongo a decirle que lo que necesita es separarse para ser feliz? Caos. No sé, ni me corresponde saber, qué es lo que necesita para conseguir lo que quiere. Ese trabajo es enteramente de ella y yo no quiero ni tengo ganas de asumirlo, ni mucho menos esa responsabilidad. Visto así el trabajo con los sueños propios es como el mismo acto de dormir: nadie puede hacerlo por ti, es indelegable.

Yo, francamente, no quiero tener sobre mis hombros la responsabilidad de divorcios, renuncias o viajes frustrados por consejos e interpretaciones dadas con “la mejor intención del mundo”. Ya lo hice antes, no me enorgullezco de ello y, a pesar de que me arrepiento un poco, como lo hace un adulto que se lamenta del tiempo que perdió emborrachándose todos los fines de semana cuando era adolescente, todo lo que puedo hacer es ocuparme de mi presente. En su momento interpreté sueños ajenos porque me pareció lo más adecuado, pero si siguiera haciéndolo ahora con la información y la experiencia que tengo sería una necia.

Ahora lo que hago, cuando alguien me pide ayuda para entender sus sueños es acompañarle en un proceso de interpretación en el que actúo como un espejo: hago preguntas y señalo particularidades, enseño a programar sueños y a ir a dormir de un modo consciente para que por cuenta propia encuentre las respuestas que busca. Mis consultas y mis clases no son espectáculos abigarrados, no incluyen mantras rimbombantes y casi impronunciables. Muestro cosas que todos pueden hacer pero que no todos quieren hacer. Y esto lo hago sólo cuando veo que las personas tienen la disposición y la seriedad necesarias para completar este proceso. Aquellos que no pueden o no quieren pagar mis servicios pueden aprender parte de lo que sé leyendo gratis mi libro La numerología de los sueños.

En este punto, como algunos que leen este blog ya saben, me divierto más organizando experimentos oníricos, procesos en los que un puñado de personas nos juntamos en el mundo onírico para explorar su potencial. De este grupo hacen parte personas muy distintas. Una de ellas es una veterana en la interpretación de sueños que también se cansó de ver cómo las personas buscaban respuestas como sopa de sobre para problemas que causaron de un modo complicado y repitiendo patrones de conducta nocivos. Ella como yo tiene muy claro que las soluciones fáciles a los problemas difíciles no existen y, también como yo, disfruta mucho esta exploración que estamos haciendo de los campos oníricos porque nos jala hacia adelante, nos motiva a seguir aprendiendo de una realidad que es literalmente infinita e ilimitada.

Ahora que ya he expuesto tan claramente como puedo porqué ya no interpreto sueños dejo abierta la invitación a quien quiera unirse a uno de estos experimentos, pero si lo que quiere es que le diga qué significa soñar con que la esposa de su amante la insulta por favor olvídese de que existo.*

*Consulta real recibida en mi blog El sueño significado.

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